
Muchos hemos estado en este momento: finaliza un proceso de innovación y/o hackatón y vemos cómo los distintos participantes que normalmente no interactuaban entre sí, se despiden y comienzan a irse, después de haber trabajado en equipos durante una intensa jornada para diseñar propuestas y prototipos frente a un desafío compartido de política pública.
Como organizadores, la pregunta que enfrentamos en ese instante después de un hackatón es similar: ¿Cómo hacemos para que la energía, la colaboración y el aprendizaje generados en un hackatón continúe después del mismo?
Diseñar el proceso más allá del encuentro de colaboración
Como sabemos, un hackatón es un proceso de aprendizaje y colaboración que involucra diferentes actores que aportan conocimiento, datos, código abierto y tecnologías para ayudar a resolver un desafío de política pública. Como tal, conlleva una etapa previa de preparación y un encuentro de colaboración, donde se plantean posibles soluciones.
Pero no termina ahí, qué pasa después y en qué consiste esa etapa posterior al hackatón debe planificarse desde el inicio. De esta forma estará bien integrada al proceso y será posible ayudar a los ganadores y a las instituciones que abrieron los desafíos.
Acompañar a los ganadores con mentoría y procesos de aceleración
Dentro del ecosistema emprendedor existen aceleradoras e instituciones que ayudan a los proyectos para que puedan crecer con las que se pueden generar alianzas. Los ganadores del hackatón han creado prototipos que tienen el potencial para abordar el problema planteado. Para que lleguen a realizar este potencial, es necesario seguir ayudándolos con mentoría, pruebas del modelo de negocios, y potenciales aliados que los lleven a escalar.
Este fue el espíritu que motivó al municipio de Peñalolén, que a partir del proceso de innovación en seguridad en la montaña, instancia que convocó a la comunidad de andinistas y organizaciones públicas y privadas ligadas a seguridad y rescate en la montaña, lograron lanzar soluciones que luego de un año de mentoría y trabajo colaborativo con empresas de software y el área de comuna digital liderada por Benjamín Coderch se concretó la aplicación para la seguridad en el Parque Quebrada de Macul.
Otro caso es el Bicitón organizado en Montevideo, los proyectos ganadores van a ser incubados por Enlace, la aceleradora de proyectos sociales de la Intendencia de Montevideo, durante 6 meses donde podrán integrarse al ecosistema de proyectos actual.
Asignar recursos y financiamiento posterior
El Hackatón no termina en las dos jornadas de encuentro de colaboración, sino que, como hemos propuesto, debe diseñarse una etapa posterior para que los ganadores puedan seguir trabajando en sus prototipos. Para que esto suceda, hay que asignarle fondos y recursos, idealmente desde el inicio de la planificación.
Estos recursos son diferentes a los premios otorgados a los ganadores y pueden conseguirse a través de alianzas. Por ejemplo, en el Hackatón de Ciudades Resilientes de Quito, los sponsors otorgaron horas de mentoría para que los equipos pudieran seguir profundizando y utilizando los datos abiertos.
Seguir involucrando al “dueño” del problema
Como mencionamos al inicio, un hackatón puede estar orientado a resolver diversos desafíos de políticas públicas. Sea Gobierno u organizaciones de la sociedad civil, aquellos que han abierto un desafío a la comunidad, pueden también contribuir a posteriori a escalar y mejorar los prototipos ganadores, aportando mayor información o facilitando casos para testear las ideas.
Por ejemplo, en el HackTurSV, tanto el Ministerio de Turismo de El Salvador como CASATUR seguirán acompañando a los equipos ganadores para potenciar la oferta de servicios turísticos del país.
Saber que puede fallar
Por último, debemos alertar también que si bien el diseño de un hackatón puede tener presente estos puntos que hemos detallado, es posible que los proyectos ganadores no tengan éxito como productos o servicios.
No debemos olvidar que en un hackatón se eligen prototipos de soluciones. Pasar a un producto o servicio más robusto requiere trabajo, acompañamiento, equipo y un poco de suerte. Lo valioso del hackatón está en el proceso de aprendizaje durante toda su ejecución, más allá del éxito de los productos alcanzados.
Fuente: BID 2018